Llegaba a Valencina el líder, el Umbrete. El encuentro prometía y el ansia de venganza de los locales era evidente ya que en la ida el Umbrete encajó cuatro goles a un JDV plagado de bajas por lesión.
El partido comenzó con decepción. Si algo caracteriza al JDV es su capacidad para encajar goles a poco de empezar el encuentro pero también su forma de reaccionar ante las adversidades. Con 0-1 en el marcador los blanquiazules se vinieron arriba y Pedro Miguel puso el empate en el marcador tras un potente disparó que se coló entre un bosque de piernas impidiendo la visión del portero. Así se llegó al descanso.
La segunda parte se caracterizó por el intercambio de ocasiones entre los dos equipos hasta que llegó la genialidad del partido. Un corner botado por Pedro Miguel fue rematado de cabeza por Antonio Pérez tras elevarse por encima de varios defensas. El propio defensa se emuló a sí mismo con un gol casi idéntico al del año pasado frente a Don Bosco.
La decepción llegó minutos mas tarde ya que el Umbrete puso la igualdad en el marcador tras un despiste en defensa. Tras esto, el JDV perdió cabeza y el Umbrete aprovechó la situación para poner el 2-3 en el marcador. Tras esto llegó la jugada polémica del encuentro, ya que el central del Umbrete, el número 5, abrazó a Fernando Cepeda y lo derribó en el área de manera clara. El árbitro no quiso verlo y en una contra el líder sentenció en el último minuto con el 2-4.
Los tres puntos se hubieran quedado en casa si el JDV hubiera madurado el encuentro o si el árbitro hubiera acertado en sus decisiones, pero el fútbol no siempre es justo.
RUBÉN
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